Un seminario sobre “Cambio Climático ¿Qué hacer desde lo local?,
Conversaciones en el marco de la COP 25”, se realizó esta semana en
Temuco, espacio de encuentro de alta convocatoria que congregó a más
de 100 personas, entre representantes de la sociedad civil regional,
empresas, expertos y autoridades municipales y del Estado.
La jornada se concretó en el marco de las Semanas Sociales 2019 que
organiza el Departamento de Acción Social (DAS) del Obispado de
Temuco, y su propósito fue comprometer a todos los estamentos de la
sociedad a revisar acciones como país, para cumplir con los
compromisos ya pactados, respecto a nuevas prácticas, estilos de vida
y modos de producción que garanticen la vida en el planeta y al vida
de generaciones futuras.
“Este desafío del cambio climático, no es sólo de los gobiernos, del
mundo político y de la academia. Ha habido avances interesantes, es un
llamado a hacer algo respecto del cambio climático, donde el mundo
cristiano tiene una importante responsabilidad”, dijo Mario Rivas,
director del DAS.
Una de las exposiciones más inquietantes fue la de Erika Alvarez,
directora del Centro territorio Mayor de la Universidad Mayor de
Temuco, quien aclaró que el déficit hídrico tiene a la capital
regional a pocos años de agotar la fuente de agua potable, como es la
napa desde la que se extrae el vital elemento.
“El 2025 vamos a estar afectados en el suministro de agua. Actualmente
no nos preocupa, porque uno abre la llave y hay agua, pero en 5 años
más se va a agotar”, dijo, respecto al cuerpo acuífero subterráneo.
La especialista aclaró que el problema de abastecimiento del agua en
la región comienza, al menos hace 15 años, cuando eran sólo cuatro
comunas; hoy, en cambio, afecta hasta más de 22 comunas.
“Muchos de los pozos de abastecimiento en la región se han ido secando
y otros han sido afectados con contaminantes o mala calidad”, dijo.
Junto con ello, las precipitaciones han disminuido y se espera que el
pronóstico de cambio climático permita llegar a unas precipitaciones
anuales de 750 a 550 milímetros, similares a las ciudades de la zona
central cercana a Santiago, lo que a juicio de la especialista “es muy
poco para producir agua, muy distintos a los históricos 1.500 y 2.500
que había hasta hace algunas décadas”.
Erika Alvarez recalcó que, en el actual contexto de cambio climático y
extensión de las sequías hacia el sur de Chile. las zonas urbanas
tienen más problemas debido a la infraestructura que han ido
construyendo.
“Temuco ha impermeabilizado las casas, ya no hay antejardín ni áreas
verdes, sólo tienen pavimento y no se infiltra el agua. El 70% de la
ciudad se impermeabilizó, con lo que dejamos de aportar el agua que
podíamos aportar”, explicó.
Aclaró que las personas pueden detectar en sus casas las
características que indican la baja del acuífero.
“Se puede observar el sarro blanco de los hervidores y las teteras, es
un sarro blanco que se da cuando uno llega al final del acuífero”,
señaló.
Los especialistas que expusieron fueron concretos en brindar
recomendaciones a los asistentes y en resaltar la importancia de
socializar esta información.
“Una mega sequía es el escenario que se prevee y que nos va a dejar
con un clima mediterráneo, para 3 ó 5 años más”, indica la experta,
quien agregó que esta información ha sido entregada a las autoridades
sin tener respuesta.
Recomienda que hay que avanzar de los planes a las acciones concretas
como poner praderas, volver a tener arboles nativos con hoja en
invierno y disminuir el consumo domiciliario de agua potable.
Jordan Harris, especialista en medio ambiente y formación de
comunidades en proceso de adaptación, pone énfasis en que se deben
tomar medidas en acciones diarias para este desafío mundial.
“Todos tenemos que cambiar nuestro modo de actuar, nuestros patrones
de consumo de agua, de energía, de bienes, tenemos que organizarnos y
hacer redes. Presionar a las autoridades para políticas nuevas, nuevas
regulaciones, prácticas del sector privado, que en conjunto nos va a
permitir enfrentar esto”, comentó.
Harris afirmó que las posibilidades que tenemos como planeta se
reducen a una ventana de pocos años.
“De aquí a 2030 debemos reducir en un 45% de las emisiones totales a
nivel global y en 2050, como planeta tenemos que ser carbono neutro.
Es un gran esfuerzo y el cambio cultural es la base. Hay que
involucrar a todos los elementos a toda la sociedad, ponernos de
cabeza o la vida en la Tierra va a ser muy difícil”, alertó.
Como medidas concretas recomendó usar menos agua, menos energía,
reciclar, consumir menos productos de toda índole, comprar productos
locales, dejar el automóvil y usar bicicleta.