Desde el año 2009 que en Villarrica se desarrolla uno de los programas de atención de salud más nobles que existe en la comuna, ya que los profesionales que aquí trabajan tienen como labor estar al cuidado de pacientes que se encuentran imposibilitados de valerse por sí solos.
Se trata del programa “Atención domiciliaria urbana”, el cual está dirigido a aquellas personas que presentan un grado de dependencia severa y que requieren de cuidados de terceros para desarrollar todas las actividades básicas diarias de la vida, es decir, comer, y vestirse.
Dos veces a la semana una enfermera, junto a dos técnicos en enfermería y una sicóloga tienen como misión recorrer los 120 domicilios en los que viven cada uno de los usuarios del programa. En estas periódicas visitas ellos además de brindar atención en salud primaria a los pacientes tienen como misión apoyar a las familias para el buen cuidado de estos enfermos postrados.
Claudia Acosta, enfermera a cargo del “Programa de atención domiciliaria urbana para personas que presentan dependencia severa”, explica que es muy importante para las familias sentir este apoyo; “Con nuestras visitas los cuidadores se sienten seguros y más confiados, además estamos en permanente contacto con ellos a través de un número de teléfono celular que se lo damos a los familiares para cualquier dificultad que se le presente con los pacientes”.
Importante es destacar que el programa no solo atiende a personas de la tercera edad, sino también a niños y jóvenes que presentan discapacidad o dependencia severa. Se atiende a una gran variedad de personas con diferentes requerimientos donde la idea es facilitar y poder acercar el Centro de salud familiar a los domicilios, lo que se busca es lograr brindar la misma atención y con la misma calidad que se entrega en el Cesfam Los Volcanes.
Un programa cercano a la gente
Claudia explica que hace tres años que pertenece al programa y que desde entonces realiza visitas a los pacientes y sus familias lo que ha permitido establecer una gran cercanía. “Hay pacientes que ya llevamos tres años visitándolos. Son dos veces a la semana que tenemos que ingresar a sus casas, a sus lugares más íntimos, esto sin duda que permite que se cree un lazo importante de afectividad. Para todo el equipo ha sido una experiencia muy enriquecedora porque sentimos el afecto y gratitud de las personas, ellos son muy agradecidos de nuestra labor y esto nos ha servido mucho como profesionales”.
Dentro del programa también existe una preocupación particular con los cuidadores, se atiende a pacientes que tienen escasas posibilidades de recuperarse por lo que es súper importante que los familiares que están a su cuidado, tengan la capacidad emocional de hacerse cargo de sus enfermos.
Para lograr este objetivo se considera también la realización de un taller mensual en el que participan alrededor de 55 cuidadores, la metodología es aplicada por una sicóloga quien les realiza capacitaciones de auto cuidado. “Aquí lo importante es que quienes están a cargo de los enfermos expresen por lo que están pasando y que se den cuenta que la carga emocional que tienen es importante por lo que requieren contarlo a otros para poder liberar toda la tensión que demanda el arduo trabajo que realizan, así el resto del grupo puede contener toda la emocionalidad que significa la experiencia de cuidar a sus familiares postrados”, explica Claudia Acosta.
Por su parte el alcalde Pablo Astete valora el esfuerzo y compromiso de los profesionales: “Quiero destacar la cercanía y el vinculo que se establece por parte de quienes trabajan en este programa, principalmente el gran esfuerzo que hacen las familias en el cuidado de sus pacientes. Aquí se representan fielmente los principios de solidaridad y cercanía que durante años orientaron mi trabajo en el ámbito de la salud pública y que hoy son fundamentales para mi labor de servidor público”, comentó la primera autoridad comunal.
Sin duda estamos frente a un programa en el que la labor del equipo multidisciplinario de la salud Municipal de Villarrica que atiende a los pacientes postrados, toma fuerza y relevancia de esforzadas personas que tienen un verdadero compromiso solidario con el prójimo.